Ciudad vs. Favelas

Las favelas de Río ocupan hoy más del 25% del territorio de la ciudad, es decir 1/4 de la población. En cifras oficiales del Estado los datos respecto de este territorio aparecen por el término de “Conglomerado de subnormales”, no existe la expresión “favela”, ni “comunidad”, ni “cerro”.

En medio del escenario de los Juegos Olímpicos y las políticas de desalojo, nace el denominado “desalojo blanco” que consiste en dejar entrar a un privado como la compañía de luz, la cual instala un medidor eléctrico para cobrar a un valor absurdo. Los residentes de las favelas son de bajos recursos y se han visto obligados a vivir allí en unas condiciones muy duras durante años. Ellos ganan una o dos veces el salario mínimo, no consiguen pagar los costos de luz y agua por lo que tienen que alquilar o vender su casa a un precio muy bajo y marcharse. Los inversores compran 1, 2, 3, 4, 5, o 6 casas y las convierten en un Hostal para turistas extranjeros en una favela que ya dejó de ser favela, generando además gentrificación.

Junto con esta forma de desalojo que el Gobierno ha ido perfeccionando, surge otro fenómeno llamado el “apartheid carioca”. No es una política oficial del Gobierno, no hay documentos que establezcan que la zona Sur de Río es para los ricos mientras que la zona Norte sea para los más  pobres, pero distintos hechos ponen en evidencia esta intención. Ejemplo de ello es que el Gobernador del Estado cortó las líneas de buses que salen de la zona Norte hacia la zona Sur. La UPP (Unidad Policía Pacificadora) prohíbe las manifestaciones culturales en las favelas. Prohíben el bloco de carnaval, prohíben la radio comunitaria, prohíben Folia de reis que es una tradición propia de las favelas. Más grave aún es que según datos de Amnistía Internacional el 77% de las muertes violentas de Brasil es de jóvenes negros, jóvenes de una clase social y etnia determinada y de un territorio determinado. Los jóvenes brasileros están siendo masacrados en las favelas sin que se les dé una oportunidad.

A pesar de las políticas de Estado de intervención y desalojo, una favela como la de Rocinha, que tiene un millón de personas no hay forma de desalojarla. Jacarezinho por ejemplo tiene 90 mil personas viviendo en comunidad, lo cual equivale a una ciudad de un país pequeño. Hay otras de 500 mil y hasta 1 millón personas. El termino pacificar hoy, significa entrar con las fuerzas de seguridad, en muchas favelas entró la Policía Pacificadora, pero no entraron los programas sociales del Estado. Hay favelas con altos índices de tuberculosis, una enfermedad del siglo XIX que debería estar erradicada. 

Los moradores de las favelas se definen como ciudadanos sin Estado, no existen documentos de análisis desde el Gobierno sobre la situación de los barrios pobres y cómo trabajar en este territorio. Se sienten completamente excluidos de la política, de la ciudad y de las iniciativas sociales.